Más de 10 etnias indígenas están siendo amenazadas por una ola de contaminación de mercurio en la Amazonia.
Una situación que pone en jaque especialmente la vida de niños y embarazadas de estas comunidades, que sufren enfermedades como deficiencias respiratorias agudas, entre otras.
La muerte de un niño indígena desempolvó esta situación. El pequeño de cuatro años no logró sobrevivir a un intenso cuadro de envenenamiento que diagnosticaron los médicos en el hospital de Uyacalí, una ciudad al este de Perú. A partir de ahí, el personal médico realizó pruebas hasta descubrir que un 82% de la comunidad indígena de la región presenta en su organismo niveles elevados de mercurio por encima de lo saludable.
La contaminación se expande por medio del Mota Punteada (Zungaro zungaro), un pez cuyo organismo es capaz de acumular el mercurio que adquiere del medio ambiente.
Los indígenas nahua son parte de una etnia en contacto inicial que habitan en la reserva territorial Kugapakori-Nahua-Nanti, donde viven únicamente de la caza y pesca en los afluentes del río Mishagua, explica el diario La Vanguardia de Barcelona.
Según el Ministerio de Ambiente, la minería en la zona arroja cada año 40 toneladas de mercurio en estos ríos, y ha destruido más de 100 mil hectáreas de selva tropical. Es así como el mercurio entra a las aguas del río que beben los indígenas, y de los peces que constituyen una parte fundamental de su dieta.
Luis Aponte, médico residente en Ucayalí, explicó que al hospital asisten cada vez más indígenas con cuadros severos de envenenamiento. Pero que la situación empeora en los casos de los nahua porque al ser una etnia aislada no tienen un acceso eficaz y rápido al sistema de salud.
Una situación muy delicada
Nery Zapata, dirigente nacional de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) denuncia que "la contaminación con mercurio es sumamente delicada para la salud humana, por sus consecuencias irreversibles que acarrea, por tanto las autoridades de salud deben de incidir con las investigaciones a fin de frenar la fuente de contaminación en contra de la población originaria”.
El Gobierno conocía sobre esta contaminación desde el 2014, pero no tomó medidas hasta el pasado 26 de mayo, cuando decretó estado de emergencia en esta región que incluye 11 distritos con población indígena.
De acuerdo con la Oficina Presidencial de Perú, el grupo de trabajo durante 60 días se centrará en garantizar la seguridad alimentaria de la población nahua para limitar el consumo del pez Mota Punteada y "realizar una investigación integral que proporcione resultados contundentes sobre las fuentes contaminantes de mercurio”.
El vía crucis para estos indígenas comenzó hace casi cuatro décadas, cuando en 1980 ingresaron trabajadores de una petrolera a la Reserva Nahua-Nanti, una de las áreas protegidas más importantes del mundo.
Este primer contacto causó enfermedades mortales a casi el 50% del grupo indígena. Pero esta situación se agravó cuando el Gobierno peruano aprobó la instalación en la zona de Camisea, el proyecto energético más grande del país que cuenta con inversión de Argentina y España.
La crisis se extiende
La fundación de salud brasileña Fiocruz junto a la Asociación Yanomami Hutukara, la ONG brasileña ISA (Instituto Socioambiental) y la Asociación Yekuana APYB publicaron los resultados de un estudio que revela cómo los indígenas de 19 comunidades en Brasil también están sufriendo las secuelas del mercurio que invade sus ríos.
El líder indígena Davi Kopenawa oficializó la denuncia ante la Relatoría Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.
Los resultados de la investigación arrojaban que los niños y mujeres en edad reproductiva presentan niveles entre 16 y 16 mg/g. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los niveles de mercurio por encima de 6 mg / g presentan un alto riesgo de consecuencias graves para la salud.
Los yanomamis es la etnia más afectada por la presencia del mercurio en los ríos, y está considerado uno de los pueblos más vulnerables del planeta.
En Venezuela la situación es similar. Los yanomamis, los yekuanas y otras cuatro etnias minoritarias están padeciendo el envenenamiento por mercurio.
En ambos países, la responsabilidad recae en los buscadores ilegales de oro.
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