1. Elige la ubicación correcta. Aunque tengas la mesa auxiliar perfecta o un mostrador para tu planta de interior, es posible que necesites reorganizar las cosas un poco dependiendo de las necesidades individuales de cada planta. Encuentra un lugar con buena luz, lejos de una salida de calefacción o aire acondicionado, por encima de un radiador o televisión y frente a las cortinas.
- Para tener abundante luz solar, coloca la planta en una ventana que dé al este o al oeste. Para obtener luz solar leve, es recomendable tener una ventana orientada al sur. Si deseas darle poca luz solar, coloca la planta en una ventana que dé al norte.
- No coloques la planta en un lugar donde pueda caerse fácilmente, ya sea a causa de los niños o de los animales domésticos.
2. Proporciónale la cantidad correcta de agua. El agua puede ser la razón principal de la muerte de una planta, ya sea que tenga demasiada o que le haga falta. Asegúrate de que tu planta reciba mucha humedad, dependiendo de su tipo. En la mayoría de los casos, deberás asegurarte de que la tierra del envase de tus plantas esté húmeda en todo momento, pero no empapada. El suelo nunca debe estar tan seco como para desmoronarse.
- Algunas plantas, como las suculentas y los cactus, requieren riegos poco frecuentes cada pocas semanas.
- En los meses de invierno, cuando el aire esté más seco, rocía las plantas con una botella en aerosol o usa un humidificador para proporcionarles humedad extra sin que las raíces se enloden en el suelo húmedo.
3.
Mantén a las plantas libres de plagas y polvo. Con el tiempo, pueden llegar a enfermarse o tener una apariencia pobre como resultado de la acumulación de polvo y las infecciones de plagas de insectos. Puedes prevenir los problemas de salud de tus plantas al limpiarlas con un paño suave y un jabón insecticida orgánico cada pocos meses. Si notas que tus plantas lucen polvorientas y medio marchitas, cuídalas más y límpialas con mayor frecuencia. Trasládalas a una nueva ubicación si es necesario.
- No utilices un plumero para limpiar las plantas, ya que puedes transferir plagas bacterianas de un lugar a otro, así como infectar también a tus plantas.
- Si no quieres utilizar insecticida, puedes lavar suavemente las plantas con el rociador de tu fregadero o ducha y agua tibia.
4. Retira los brotes poco saludables. Aunque tus plantas estén en macetas y en el interior, esto no impide que crezcan de un tamaño enorme y que a veces se enfermen. Usa un par de tijeras de jardinería para cortar el crecimiento excesivo y las partes medio marchitas. Tu planta no solo se mantendrá con un aspecto más saludable, sino que también evitará convertirse en grandes enredaderas de maleza, que ocupan mucho espacio en tu casa.
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