África y una red eléctrica verde
Moses Kasoka, de 51 años y con dificultades de movimiento por una malformación de nacimiento, tiene una sola alternativa para sobrevivir, mendigar. Pero cree que su vida sería distinta si pudiera tener energía eléctrica en su choza de este pueblo del sur de Zambia.
“Con electricidad podría criar aves para ganar dinero”, ejemplificó Kasoka, uno de los 645 millones de africanos que carecen de servicio eléctrico, lo que le impide realizar actividades económicas.
“Cómo ve, duermo con un fuego prendido, que sirve tanto para iluminar como para calefaccionar durante la noche”, indicó, invitando a IPS a entrar a su humilde hogar.
Pero a un kilómetro de allí, Phinelia Hamangaba, directora del centro de recolección de leche del distrito de Pemba, ya está acostumbrada a tener un plan alternativo cuando se corta la electricidad, porque la cooperativa no tiene un generador de reserva.
Phinelia tiene que asegurarse que los 1.060 litros de leche que suministran cientos de productores no se fermenten antes de ser recogidos por Parmalat Zambia, la empresa con la que tienen contrato.
“La electricidad es nuestro principal desafío, pero en la mayoría de los casos nos avisan antes de un corte de luz y nos preparamos”, relató la joven empresaria. “Pero cuando pasa lo peor, los productores entienden que en los negocios, hay ganancias y hay pérdidas”, explicó.
La cooperativa es uno de los tantos emprendimientos pequeños complicados por el racionamiento de energía. Falta agua para que funcionen las plantas hidráulicas por la escasez de lluvias de hace dos temporadas.
El déficit de energía podría demorar años en corregirse, en especial en la planta de Kariba norte, de 1.080 megavatios, porque las centrales hidráulicas a ambos lados del río Zambezi, en Zambia y Zimbabwe, habrían consumido un volumen muy superior al adjudicado durante 2015 y principios de este año, según un informe de la Unidad de Inteligencia Económica.
El documento señala que en febrero, el embalse de Kariba quedó en solo 1,5 metros por encima del nivel necesario para cerrar totalmente la planta.
Las últimas y reducidas lluvias estacionales elevaron un poco el nivel del lago, pero su volumen de agua solo fue de 17 por ciento de su capacidad en marzo, muy por debajo del 49 por ciento registrado el año pasado. Para rellenarlo se necesita un serie de buenas estaciones lluviosas, sumado a una producción de energía moderada de la central, requisitos que no pueden garantizarse.
El agobio por las variaciones del cambio climático y por la necesidad de energía para sostener las ambiciones económicas de las personas más pobres podría llevar a África a optar por un camino fácil, como es recurrir al carbón.
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