Unas 7,9 toneladas de marfil proveniente del contrabando decomisadas en los dos últimos años por las autoridades de Singapur fueron quemadas este lunes, indicaron las autoridades del archipiélago, que esperan disuadir así el comercio ilegal de colmillos de elefantes.
Más de 2.700 colmillos de elefantes africanos, valorados en unos 13 millones de dólares singapurenses (9,6 millones de dólares, 8,5 millones de euros), fueron destruidos en una trituradora de piedras antes de ser incinerados.
La mayoría de estos colmillos, unos 2.000, fueron decomisados en mayo de 2015 por los servicios de aduana escondidos en sacos de té provenientes de Kenia, precisaron las autoridades.
"La destrucción pública de marfil envía un fuerte mensaje de que Singapur condena el comercio ilegal de especies salvajes. Al destruir el marfil, garantizamos que no volverá al mercado", declaró el ministro de Estado de Interior y Desarrollo Nacional, Desmond Lee, en un comunicado.
El comercio internacional de marfil está prohibido desde 1989, a excepción de algunos casos, con la finalidad de luchar contra el declive de la población de elefantes africanos que eran varios millones a mitad del siglo XX y ya solo 600.000 a finales de 1980.
Sin embargo, la caza furtiva y el contrabando continuaron para satisfacer principalmente la demanda de Asia, en particular de China, donde el marfil es muy utilizado con fines médicos y para fabricar objetos de decoración.
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