Empresa eslova Colori organics ropa interior, Ropa ética.
Cuando la ropa íntima, especialmente, la femenina, adopta una estética más delicada o sensual se le aplica el término de lencería. Uno de las características de las prendas íntimas es el empleo de textiles suaves, vistosos, pero también transpirables y elásticos. En cuanto a la estética, las piezas de lencería buscan diseños más sensuales que permitan resaltar las partes erógenas del cuerpo femenino. Pero para obtener todas estas características en la confección de piezas de lencería se precisa de fibras químicas y de unos procesos de ennoblecimiento y acabados que en muchos casos están repletos de productos químicos algunos para nada inocuos en personas de piel sensible. Actualmente, la confección de moda íntima tiene un notable impacto ambiental en todo su ciclo que es poco conocido ya que prima la estética erótica o sensual sobre cualquier otro aspecto de tipo ecológico o social.
La lencería es un elemento moderno pues se inicia a finales del siglo XIX aunque no será hasta la segunda mitad del siglo XX que tomará un auge descomunal. El éxito de la lencería ha sido posible en primer lugar por el perfeccionamiento de la tecnología textil, por los materiales y la evolución del diseño en la indumentaria; pero en segundo lugar por la asunción de nuevos roles en la mujer y el concepto de sensualidad en la vestimenta. La industria de la lencería mueve millones de euros, en concepto de ventas y es uno de los puntales en convertir la mujer en objeto de consumo.
La llamada lencería ecológica es la punta de lanza de una forma diferente de consumo de moda respecto a la ropa interior. La lencería ecológica no desprecia la estética sensual de la convencional pero es más delicada y responsable. Valora el concepto del uso de materiales ecológicos y se distingue por producir prendas con una confección más austera, pero no por eso menos exquisitas.
El elemento que distingue a la lencería ecológica es que se basa en fibras químicas con polímeros naturales en cuyo proceso esencial desde la obtención de la materia prima hasta en los tintados, ennoblecimiento, acabados, etc. se emplean sustancias químicas de origen natural o de muy bajo impacto ambiental (mínima toxicidad, en ciclo cerrado, etc.). Estas fibras químicas de polímeros naturales permiten texturas, colores y acabados estéticos, pero menos espectaculares que la lencería convencional.
En la lencería ecológica, la fibra textil química procede de la celulosa de plantas como el bambú, la soja o árboles como el pino y el eucalipto. Para acreditar que no se usan aditivos que pueden ser tóxicos, todos los fabricantes avalan sus piezas con ecoetiquetas de certificación textil que garantizan el bajo impacto ambiental de las mismas. Aunque como hemos comentado este es un tema no exento de polémica.
Como sucede en muchos casos, el tema no es blanco o negro, sino que abarca una amplia gama de grises. Las personas más estrictas se decantarán por diseños austeros con una fibra natural como el algodón orgánico tintado, pero también hay opciones que cumplen con un alto grado de responsabilidad ecológica con fibras químicas con polímeros naturales y procesos textiles de bajo impacto que permiten prendas más refinadas.
A continuación detallamos algunas de las posibilidades existentes, especialmente, próximas en nuestro país. Es cierto que algunas de las grandes marcas de ropa interior y lencería convencional argumentan que disponen de colecciones “ecológicas”, pero forman parte más de un lavado de imagen que de una apuesta de mercado. De ahí que por ahora haya que hurgar para encontrar propuestas ecológicas asequibles.
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