Las diferencias con los colchones más comerciales son abismales, y lo peor es que muchas marcas te intentan dar “gato por liebre”. Lo más importante para no perderse ante tanto tecnicismo (ya que los nombran con la más rebuscada palabrería, además de emplear los términos bio y eco por doquier) es observar detenidamente la composición. Los mayores timos se encuentran en los colchones de látex. Por desgracia, suelen vender los artificiales, derivados del petróleo, como 100% naturales. Sus cualidades por supuesto no son iguales. Un buen colchón debe durar hasta 10 años en perfectas condiciones de uso, o incluso más, si es una persona con poco peso. Una compra por lo tanto que hay que meditar detenidamente.
Los colchones de látex natural se obtienen de una savia que se extrae del árbol del caucho, Hevea Basiliensis. El látex ecológico de algunos colchones suele provenir de países del sudeste de Asia (Thailandia, Malasia, Vietnam, Indonesia), de Sudamérica (Brasil) o de África (Camerún).
0 comentarios:
Publicar un comentario