Lo que empezó este domingo como una jornada de movilización ciudadana pacífica y alegre en París, en la víspera de la apertura oficial de la cumbre del clima COP21, acabó con enfrentamientos entre encapuchados y las fuerzas de seguridad en la plaza de la República. Un total de 289 personas fueron detenidas.
Los enfrentamientos se originaron tiempo después de que finalizara una gran cadena humana autorizada, convocada como alternativa a la gran marcha por el clima y en la que participaron miles de personas. La manifestación inicial había sido anulada debido al estado de emergencia instaurado tras los atentados terroristas del 13 de noviembre.
“Una minoría violenta ha querido organizar un desfile prohibido”, explicó este domingo el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, a última hora de la tarde. Entre 2.000 y 3.000 personas se concentraron en la plaza de la República, según cifras de la policía, en un principio de forma pacífica. Entre los presentes, “varias decenas de individuos con el rostro cubierto” se enfrentaron con las fuerzas de seguridad desplegadas en los alrededores de la plaza. Estos “activistas violentos” lanzaron proyectiles a los antidisturbios, incluidas velas que ciudadanos habían depositado en la plaza en honor de las víctimas del 13 noviembre. Cazeneuve anunció que 208 personas habían sido detenidas, una cifra que la Prefectura de París elevó posteriormente a 289. De ellas, 174 estaban siendo interrogadas.
El titular de Interior quiso dejar claro que se trataba de una minoría violenta que no debía confundirse con los ciudadanos pacíficos que una hora antes del inicio de los incidentes formaron una cadena humana que partió de la misma plaza. Añadió que los incidentes le daban la razón respecto a las medidas preventivas tomadas, como la prohibición de manifestarse, el control en las fronteras y el arresto domiciliario de 26 activistas que, según aseguró, participaron en “actos violentos” en manifestaciones en el pasado. “La firmeza será total”, concluyó.
El presidente François Hollande denunció la actitud “escandalosa” de los “alborotadores”. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, consideró por su parte “indigno” convertir la plaza de la República, donde se han concentrado los homenajes a las víctimas de los ataques terroristas, en un “lugar de enfrentamientos”. Igualmente, el primer ministro, Manuel Valls, llamó a “respetar la memoria de las víctimas”.
Una cadena humana
La violencia empañó así un día que había empezado con una instalación simbólica de 22.000 pares de zapatos, un acto autorizado por las autoridades, en representación de los manifestantes de la marcha anulada. Contaba con el apoyo explícito del papa Francisco, para el que los organizadores eligieron un par de zapatos negros. “Nos parecía la mejor forma de hacer presentes a los ausentes”, explicó Óscar Soria, de la asociación Avaaz.
A continuación, miles de personas —10.000 según los organizadores, 4.500 según la policía— hicieron una doble cadena humana entre la plaza de la República y la de Nación, cubriendo el recorrido inicialmente previsto por la marcha prohibida. “Estado de emergencia para el clima” era el eslogan más repetido y muchos presentes denunciaron la prohibición de la marcha. La iniciativa se desarrolló en un ambiente festivo y sin ningún incidente.
0 comentarios:
Publicar un comentario