Las plantas se han convertido en una alternativa limpia y renovable para afrontar la escasez de energía eléctrica en la selva peruana gracias a un invento que plantea aprovechar su potencial para iluminar los hogares de una de las zonas más pobres de Perú.
La "plantalámpara", como se denomina el invento, es un proyecto de investigadores de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), de Lima, que genera dos horas de luz diarias por medio de una batería que recoge y convierte en energía eléctrica los nutrientes liberados en la tierra por una planta mediana durante su fotosíntesis.
El proyecto nació con el objetivo de "brindar una fuente de luz eléctrica limpia a las personas a través de los recursos de su entorno", afirmó a Efe el responsable de la investigación y profesor de la UTEC, Elmer Ramírez.
Y se desarrolló en la localidad de Nueva Saposoa, una comunidad indígena de 173 habitantes de la etnia shipibo-conibo, en la región amazónica de Ucayali, donde el 65 % de la población no cuenta con electricidad, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI).
Un equipo formado por siete profesores y ocho alumnos trabajó durante cuatro meses en las "plantalámparas", para lo cual viajaron dos veces a Nueva Saposoa, la primera para recolectar datos y la segunda para entregar diez de los prototipos del invento a la comunidad.
"Si bien ya se tenían estudios sobre la existencia de electricidad en la tierra producto de la interacción con las plantas, nosotros pasamos de la teoría a la aplicación", explicó Ramírez.
Para dar ese salto, los investigadores peruanos tuvieron que definir el área de tierra necesaria para alimentar la batería dentro de una maceta de madera, además de seleccionar una lámpara LED de alta eficiencia y de bajo consumo.
Entre los integrantes del proyecto estuvo el estudiante de Ingeniería de la Energía Marcello Gianino, quien contó a Efe que "al explicar a las personas cómo funcionaba el invento, estas se quedaron asombradas porque no podían creer que toda esa vegetación que los rodeaba podía generar luz".
"Fue una experiencia conmovedora poder darles no solo luz sino cambiar radicalmente sus vidas", agregó.
Para los beneficiados en Nueva Saposoa, quedaron atrás los mecheros y candiles con combustible tóxico, además de los días en los que debían concluir sus actividades al desaparecer el último rayo de luz solar.
El uso de "plantalámparas" en Nueva Saposoa permite a los adultos trabajar más horas al día, lo que repercute de forma directa en la mejora de su economía, al igual que en los estudios de los niños.
La sencillez y el fácil mantenimiento del proyecto ha dejado abierta la posibilidad de llevar luz a las zonas más pobres de Perú y cambiar la vida de un gran número de personas.
Por ese motivo, los investigadores siguen dedicados a perfeccionar el invento y reducir sus costos de fabricación a fin de hacerlo más accesible a quienes busquen adquirir la patente e implementarla.
Adecuar la "plantalámpara" a las características ambientales de cada una de zonas involucrará también el desafío previo de adaptar el prototipo a suelos, aguas y plantas diferentes.
Para el equipo liderado por Ramírez, transformar la vida de las personas mediante plantas que generan luz es solo uno de los innumerables desafíos que pretenden enfrentar para demostrar "que en Perú existe ingeniería que trabaja en equipo para encontrar soluciones a los problemas cotidianos".
-El Espectador
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