El desastre ambiental saltó a la vista desde los helicópteros Black Hawk que circundaron los cielos del Guainía. Centenares de hectáreas de selva arrasadas. Miles de árboles nativos de hasta 70 metros de altura yacían derrumbados.
La visión de una tupida vegetación que arropaba el cerro Tigre, una elevación de 600 metros junto al río Inírida, es ahora un terreno rocoso similar a una cantera.
Y qué hablar de la espesa selva de Campoalegre, atravesada por una árida línea blanca, en la que en su ancho podrían caber tres canchas de fútbol.
Ese es el panorama aterrador que encontraron los 600 miembros de la Policía, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea así como los seis fiscales que participaron en la operación ‘Anostomus’ contra la minería ilegal en el Guainía.
Una actividad que el frente ‘Acacio Medina’ de las Farc, controla desde hace cinco años, con la que enriquece sus finanzas a costa de la extracción ilegal de metales o arenas negras industriales como el Coltán (Columbita, Tantalio, Tantalita, Tungsteno) y preciosos como el oro.
Según la investigación de la Policía y el Ejército, a las arcas de las Farc están ingresando unos 20.000 millones de pesos mensuales por minería ilegal en esa región, lo que dejó un cementerio ambiental de graves consecuencias para el ecosistema de una zona de reserva de la que hace parte el Parque Nacional Natural Piunawai, en los corregimientos de Pana-Pana y Puerto Colombia, en la Serranía de Naquén, entre el río Inírida y la frontera con Brasil.
Al frente del desastre ecológico por minería ilegal está el llamado capo o narcotraficante purasangre de las Farc Géner García Molina, alias ‘Jhon 40’, el jefe guerrillero que había sido degradado en tiempos del ‘Mono Jojoy’ por actos de indisciplina al mando del frente 43, en el que hizo famosas las fiestas con grupos de música norteña y con prepagos en Puerto Rico (Meta).
Las investigaciones indican que ‘40’ maneja los hilos del negocio desde el lado venezolano de la frontera.
‘Anostomus’, el nombre de la operación, tomado de una especie de pez nativo de esa región, develó que las Farc practican la explotación de comunidades indígenas y afrodescendientes para sacar provecho a sus intereses financieros, tanto por explotación directa del yacimiento como por el cobro de impuestos a otros ilegales.
En la operación fueron capturadas 59 personas, entre esos algunos ciudadanos venezolanos y brasileños cercanos a la frontera.
Fiscalía imputó cinco delitos contra el medio ambiente
En la operación ‘Anostomus’, considerada ya como una de las de mayor impacto en el país contra la minería ilegal de las Farc, las autoridades intervinieron tres frentes mineros que no tenían solicitudes de titulación ni licencias.
El mayor golpe lo propinaron en Campoalegre, donde fueron capturados 22 de los 59, dedicados a la explotación ilegal de oro. En el cerro Tigre cayeron 16, responsables de extraer arenas industriales.
Son procesados por los delitos de invasión a tierras especialmente protegidas, explotación ilícita de yacimientos mineros, contaminación ambiental y daño a los recursos naturales. De los 59 capturados, jueces de control de garantías afectaron a 57 con medida de aseguramiento domiciliaria y a otros don con intramural.
En la región de la Orinoquia los yacimientos mineros ilegales son controlados por el frente ‘Acacio Medina’ de las Farc, de la mano de alias ‘Jhon 40’ e ‘Iván’ o ‘Arquímedes’.
Según inteligencia militar y de la Policía este guerrillero tiene su centro de operaciones en el sitio ‘El Zancudo’, caserío adaptado como centro de acopio de los minerales.
Cuando los minerales llegan al control de las Farc son transportados vía fluvial a través del río Inírida hasta Tomachipán, en el Guaviare, y luego son transportados en camiones hasta la ciudad de Bogotá. Posteriormente, los conducen hacia puertos en Barranquilla y Buenaventura.
Importancia de las arenas negras industriales
Radica en que son superconductores, ultra refractarios y resisten elevadas temperaturas a tal punto que solo se funden a 2.996 grados centígrados. Tienen capacidad para almacenar carga eléctrica temporal y son resistentes a la corrosión.
Los yacimientos de Coltán generan un gran interés en empresas médicas, innovadoras de tecnologías y armamentistas, en países como China, Japón, Corea y Rusia, según las investigaciones sobre el tráfico de esta arena negra industrial.
Al parecer, en Guainía la explotación ilegal es realizada desde hace 15 años.
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