Dos estudios recientes, ambos publicados en una prestigiosa revista científica de Estados Unidos, parecen arrojar pruebas concretas de que la llamada extracción hidráulica de hidrocarburos o 'fracking' podría ser causa de contaminación en fuentes de agua potable.
Ambos estudios, el primero adelantado por expertos de la Universidad de Pennsylvania y el segundo por científicos de las universidades de Duke y Ohio, concluyen que fueron fallas en la integridad de los pozos al igual que los componentes que se usaron para construirlos lo que provocó la contaminación registrada. (Lea: 'Gobierno no puede ser irresponsable y dar vía libre al 'fracking')
En el 2012 y luego de reportes sobre la posible contaminación causada por Marcellus Shale, empresa que extrae gas natural en el área, científicos tomaron muestras de agua de tres viviendas cercanas.
Al analizar el contenido de las muestras, los investigadores detectaron restos de 2-butoxyethanol o 2BE. Ambos químicos son utilizados rutinariamente por la industria del ‘fracking’ en la mezcla de agua que inyectan al pozo para causar la presión necesaria que termina fracturando las rocas que contienen los depósitos de gas y otros hidrocarburos.
Algunos estudios previos han subrayado que el 2BE, un compuesto que también se encuentra en pinturas y cosméticos, ha causado cáncer en ratones de laboratorios.
Los científicos aclaran que los niveles de 2BE encontrados en el agua estaban por debajo de los límites permitidos, pero subrayan que con esto se confirma el peligro que representa el ‘fracking’ si no se desarrolla con las debidas precauciones.
De acuerdo con los autores, la contaminación habría sido causada por una fuga en uno de los pozos que la propia compañía reportó en el año 2010 o por una falla en el sistema de extracción. En todo caso, la compañía terminó indemnizando a las familias y una corte ordenó tomar precauciones adicionales.
Una de ellas consiste en recubrir el pozo con cemento y hierro no solo hasta los 350 metros de profundidad, que era la práctica hasta entonces, sino hasta el final de la excavación.
Los defensores de esta industria siempre han sostenido que dado que el ‘fracking’ se realiza a cientos de metros debajo de los depósitos de agua potable no existía riesgo de contaminación. Pero los ambientalistas, que se oponen a la práctica, sostienen que tanto el gas como los químicos usados en su extracción podían eventualmente filtrarse hasta esos depósitos y hacía acuíferos subterráneos.
En el otro estudio, adelantado por la universidad de Duke y Ohio, se encontró la presencia de metano y otros gases en los pozos de agua de siete viviendas en Pennsylvania y una en Texas.
Para los científicos de este estudio no fue el ‘fracking’ lo que ocasionó la contaminación, sino fisuras en la coraza de cemento y hierro que se construyó para blindar el pozo excavado.
"En todos los casos lo que vimos fue fallas en la integridad de los pozos. El gas que se filtró probablemente surgió de depósitos más superficiales de gas que fueron rotos cuando se estaba escavanado para alcanzar la formación de esquisto. La buena noticia es que si se trabaja en la integridad de los pozos se podrán eliminar la mayoría de los problemas ambientales que plantea el ‘fracking’ ”, sostiene Thomas Darrah, uno de los investigadores de la Universidad de Ohio que trabajó en el estudio.
Marecellus Shale, la compañía en cuestión, criticó el reporte alegando que no presentaron evidencia de que el químico hallado en las casas de Pennsylvania tuviera relación alguna con su plataforma de excavación.
Otros expertos anotan que los nuevos estudios emanan de casos que se presentaron hace cinco o diez años cuando la industria estaba comenzando, pero que ahora ya se han tomado muchos correctivos que hacen de este sistema de explotación uno más seguro.
En todo caso, estos estudios sin duda deben servir como ejemplo ahora que Colombia está considerando el uso del ‘fracking’ para extraer gas natural y otros hidrocarburos.
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