México tiene un 80% de sus tierras en degradación


Por lo menos 80 por ciento de las tierras destinadas a la agricultura en México padece degradación por el sobrepastoreo, el uso excesivo de pesticidas y el mal manejo del agua, alertó la investigadora Leticia Gómez Mendoza. 
 La encargada del grupo de investigación de Cambio Climático y Biodiversidad de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM comentó que las zonas más vulnerables se ubican en los estados de Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Jalisco y Sonora.
En el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, cuyo lema es "Proteger el planeta, recuperar la tierra y la participación de la gente", expuso que en esas áreas la degradación se relaciona con la aridez y la sobreexplotación de mantos acuíferos.
Al explicar esos datos de la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza), el Programa Nacional Contra la Sequía (Pronacose) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), refirió que zonas como la península de Yucatán empiezan a presentar el problema, pese a que no tienen esa condición de sequía por sus características climáticas.
La desertificación es todo proceso de degradación de la tierra por actividades humanas: el sobrepastoreo, la deforestación o el decremento de la biodiversidad.
El fénómeno se refleja en la pérdida de la fertilidad del suelo, la erosión y el cambio en la generación de los patrones biogeoquímicos que tiene el suelo con las plantas.
La integrante del Colegio de Geografía de la FFyL subrayó en un comunicado que a nivel mundial 50 por ciento de los suelos agrícolas también enfrenta desertificación, lo que puede ocasionar que en los próximos años disminuya en 12 por ciento la generación de alimentos y sus precios aumenten hasta 30 por ciento.
Ante ese escenario recordó que en 1992 surgió la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación, que junto con el Convenio sobre la Biodiversidad Biológica y la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático busca disminuir los efectos del cambio global por las actividades humanas.
La especialista añadió que 60 por ciento del territorio mexicano tiene clima árido o semiárido, aunque la sequía no sólo se genera por la disminución de las precipitaciones, sino por actividades agrícolas, urbanas y económicas.
En 2011, luego de una de las más fuertes sequías en el país, surgió el Programa Nacional contra la Sequía (Pronacose), que investiga las causas de ésta, trabaja en los pronósticos, y con otras instituciones gubernamentales busca aumentar la eficiencia del uso del agua.
También tiene el objetivo de fomentar buenas prácticas agrarias y una agricultura climáticamente inteligente, que implica reconvertir cultivos que se adapten a las variaciones ambientales.
Leticia Gómez alertó que el reto no es fácil porque se prevé que la zona norte del territorio sea cada vez más seca y la sur cada vez más húmeda, bipolaridad que se exacerbará con el tiempo.

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