Pésima proyección aire contaminado
El aire contaminado podría provocar de 6 a 9 millones de muertes prematuras al año en 2060 y un impacto económico del 1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, entorno a 2,3 billones (españoles) de euros, según un informe de la OCDE presentado este jueves en Batumi (Georgia).
Este coste económico (2,6 trillones de dólares) incluye los días de baja por enfermedad, las facturas médicas, la reducción de los productos de la agricultura, a no ser que se tomen acciones, de acuerdo con el informe de la OCDE.
El estudio 'Las consecuencias económicas de la contaminación del aire' señala que una de las consecuencias de este problema es la reducción de la producción económica global en 2060 equivaldrá a unos 330 dólares por persona (291 euros), ya que el coste anual de salud derivado de la contaminación del aire se elevará hasta los 176.000 millones de dólares (155.600 millones de euros), desde los 21.000 millones de dólares (18.566 millones de euros) de 2015.
Además, el número de días de trabajo perdidos por la contaminación del aire y sus enfermedades relacionadas pasarán de 1.200 millones de dólares (1.060 millones de euros) a 3.700 millones de dólares (3.271 millones de euros).
Durante la presentación del informe en la VIII Conferencia Ministerial de Medio Ambiente para Europa que se celebra en Batumi (Georgia), el director del departamento de Medio Ambiente de la OECD, Simon Upton, ha advertido de que el número de vidas acortadas por la contaminación "es ya terrible y su potencial de crecimiento en las próximas décadas es terrorífico". "Debemos prevenirnos de que estas proyecciones se conviertan en realidad", ha recomendado.
La contaminación del aire exterior provocó más de tres millones de muertes prematuras en 2010 y las poblaciones más vulnerables son las personas mayores y los niños. De acuerdo con las proyecciones de la OCDE esta cifra de muertes prematuras por aire sucio se duplicará o incluso triplicará, o lo que es lo mismo se producirá una muerte prematura por esta causa en el mundo cada cuatro o cinco segundos en 2060.
Por ámbito geográfico, el estudio prevé que los mayores incrementos en las tasas de mortalidad por aire contaminados se producirán en india, China, Corea y en la región de Asia Central, en países como Uzbequistán, donde la población está creciendo y las ciudades están cada vez más congestionadas, lo que significa que más personas están expuestas a las emisiones contaminantes de las centrales eléctricas y del tráfico.
En concreto, señala que las predicciones de tasa de muerte prematura en China podrá llegar a triplicar en 2060 las tasas de 2010 y que incluso en India podrán cuadriplicarse.
Por el contrario, el informe añade que estas tasas se han estabilizado en Estados Unidos y han disminuido en buena parte de los países de Europa Occidental gracias, en parte, a los esfuerzos por redigir la energía y el transporte hacia las renovables.
En materia económica, las mayores pérdidas del PIB se producirán en China, Rusia, India, Corea y los países de Europa Occidental y de la región del Caspio, a consecuencia de los costes sanitarios y laborales por que se reducirá la productividad.
Al mismo tiempo, concluye que la baja calidad del aire golpeará la economía de China más fuerte que a la de India por las diferencias en las tasas de ahorro de los hogares y los efectos demográficos que notarán menos los efectos de la baja productividad y porque el gasto sanitario, que se ha incrementado en el resto de la economía china, será mucho mayor.
Por otro lado, el estudio considera también que se reducirá la producción de las cosechas como resultado del aire sucio, lo que también producirá un impacto en las economías. Las excepciones incluyen a Brasil, Rusia y algunos países de América Latina, donde la tierra dedicada a la agricultura resultará menos afectada, incluso mejorará la competitividad de las exportaciones y sus consecuentes ganancias.
El estudio examina también el impacto negativo de la contaminación del aire exterior en términos del precio que la población deberá pagar cada año para no ver dañada su salud o que sus vidas se vean acortadas por ello. Este valor hipotético anual parece que podría pasar de los 500 dólares (442 euros) por persona en 2015 a unos 2.800 dólares (2.472 euros) en el año 2060.
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