El servicio de aduanas de Kenia ha intervenido 500 kilogramos de escamas de pangolín, a las que se atribuyen propiedades medicinales en muchos países asiáticos, que iban a viajar con destino a Laos, informó hoy el Servicio de Conservación de la Fauna Keniana (KWS).
Los restos animales fueron descubiertos la noche del pasado miércoles por la unidad canina del aeropuerto internacional Jomo Kenyatta de Nairobi, al inspeccionar los equipajes de un vuelo procedente de Conakry, la capital de Guinea.
El cargamento de escamas de pangolín, cuyo origen está siendo investigado por las autoridades regionales en colaboración con la Interpol, había viajado con documentación falsa.
Guinea fue suspendida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en 2012 y no ha expedido ningún permiso válido desde entonces, aclaró el responsable de este acuerdo marco en Guinea Conakry, Namory Keita.
El director de la KWS, Kitili Mbathi, reiteró hoy, en un comunicado, el compromiso de Kenia en la lucha contra el tráfico de fauna y flora, que está esquilmando especies del continente como los elefantes o los rinocerontes.
"Las redes del crimen organizado que trafican con la vida salvaje tendrán que pensárselo dos veces antes de usar Kenia como un lugar de tránsito para sus actividades", declaró.
El pasado marzo, las autoridades kenianas se incautaron de otro cargamento de escamas de pangolín, animal similar al armadillo, que procedían de Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, y viajaban con destino a Bangkok.
La mayor parte del tráfico de escamas de pangolín procede de África Oriental y termina en Asia, donde se encuentra en peligro de extinción.
Este insólito mamífero es más afectado por el tráfico ilegal de fauna en el mundo, debido a las propiedades medicinales que se le atribuyen a su carne y escamas en muchos países asiáticos.
Cerca de 100.000 de estos animales con armadura y escamas, conocido porque se enrolla y forma una bola cuando es atacado, mueren cada año a manos de los cazadores furtivos.
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