Un entrenador personal y amante de la ecología, Adam Boesel, en 2007 planteó que sería interesante generar electricidad a través del ejercicio físico y llevarla a la red.
A través de esta iniciativa tan innovadora se creó los gimnasios “ The Green Microgym”, que apuestan por la sostenibilidad y por generar una huella de carbono que sea lo más pequeña posible.
El negocio le está yendo bien, pues cuenta con 3 en funcionamiento en Oregon (EEUU) y además cede franquicias del mismo.
Esto demuestra que hacer negocios con responsabilidad social es posible y hasta conveniente.
Ventajas de este tipo de gimnasio verde:
Adam Boesel observó que con esa idea consiguió un ahorro asombroso en energía en concreto:
- Se ahorraron un 85% (37.000 kilovatios hora) de energía en comparación con un gimnasio convencional durante el 2010.
- Esos kilovatios son el equivalente de dejar de conducir un vehículo durante 131.000 kilómetros, interesante ¿verdad?
¿Cómo se consigue energía en los gimnasios verdes?
Algunos ejemplos de cómo se consiguen la energía y cómo contribuyen a la reducción de emisiones:
- Producción de energía a través de las bicicletas de spinning y elípticas. Estas se encuentran conectadas a un generador, de manera que cuando pedaleas generas energía cinética que es transformada en electricidad que posteriormente es inyectada a la red eléctrica de todo el local.
- Compra de materiales de segunda mano.
- Producción de energía a través de las cintas de correr. Está comprobado que en promedio la mayor parte de los usuarios pueden generar entre 50 y 150 watts con tan sólo media hora de ejercicio.
- Prohibición de venta de agua embotellada, fomentando el uso de botellas de acero reutilizables.
- Utilizan productos de limpieza ecológicos y naturales.
- Los suelos son fabricados con neumáticos usados.
- Instalación de paneles solares fotovoltaicos.
- Etc.
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