De textura parecida al lino natural pero con el poder nutritivo de las algas, así se vende la lencería fabricada con la fibra sintética Seacell producida por la empresa Smartfiber AG. Esta fibra se deriva de una mezcla de pulpa de madera y algas basada en el proceso textil de la fibra química de polímero natural “lyocell”. Las fibras están certificados con la norma Oeko-Tex 100 (y aprobada para bebés). Se difunde por sus propiedades protectoras y anti-inflamatorias en la piel que estimulan el metabolismo dérmico gracias a los elementos que liberan las algas de la fibra y aseguran protegen la piel contra los radicales libres. El secreto de smartcel™ sensitive es un proceso patentado que permite integrar el óxido de zinc en una fibra de celulosa natural. Las propiedades positivas del zinc permanecen siempre activas, incluso después de muchos lavados. Se trata de una fibra completamente biodegradable y cumple con las expectativas de los consumidores ecológicos.
Ropa interior con fibra celulósica que incorpora algas de la marca SeaCell.
El método de obtención de estas fibras puramente físico en contraste con el procedimiento de la viscosa o del algodón y se caracteriza por un elevado nivel moderno de respeto al medio ambiente (la planta está ubicada en Austria), gracias a que un circuito del disolvente es de circuito cerrado y no se producen residuos. Mediante el uso del proceso de fabricación de lyocell, la celulosa de las algas se solubiliza en un disolvente nitrogenado y luego se convierte en fibra. La Unión Europea concedió a este proceso el Premio Europeo de Medio Ambiente de 2000 en la categoría de "tecnología para desarrollos sostenibles". La fibra SeaCell se emplea en la elaboración de algunas prendas interiores de alta calidad que comercializa la empresa alemana Speidel Lingerie cuya composición es de 65% algodón orgánico tipo Supima, un 28% Seacell y 7% elastano.
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