Pekín estudia abrir pasillos en la urbe para ventilar la contaminación



Pekín planea abrir una serie de pasillos que crucen la ciudad para facilitar que el aire fluya y ventilar así la contaminación, a imagen y semejanza de otras urbes chinas como Shanghái, publica hoy la agencia oficial Xinhua.
Se trata de la última medida que estudian las autoridades para combatir la grave contaminación del aire que sufre esta parte del país, donde, no obstante, la situación ha mejorado en el último año “moderadamente”, según informes de Greenpeace y datos oficiales.
La capital planea abrir cinco pasillos principales de unos 500 metros de ancho y otros secundarios, que medirán unos 80 metros y cuyo número no ha trascendido.
Los pasillos se crearán mediante la conexión de parques, ríos y lagos de la ciudad, carreteras y zonas verdes, así como a través de edificios de poca altura.

Cinco vías de ventilación que cruzarán la ciudad de norte a sur
Las cinco vías de ventilación principales cruzarán la ciudad de norte a sur. Uno de los pasillos más importantes pasará por el corazón de la capital hasta la zona olímpica y el templo del cielo, y acabará en la carretera que lleva a Shanghái en el sur de la metrópolis.
Según precisó el subdirector del Comité de Planificación Urbana de Pekín, Wang Fei, a la agencia Xinhua, también se estudia construir otros pequeños pasillos en los que se limitará la construcción y donde los “obstáculos en el camino serán retirados gradualmente”.
"Los pasillos de ventilación pueden mejorar las corrientes de aire en la ciudad y facilitar así que el viento se lleve el calor y los contaminantes, lo que aliviará el efecto isla de calor urbano y la polución del aire”, explicó Wang.
La contaminación es una de las mayores preocupaciones de los habitantes de Pekín, una de las ciudades con peor calidad del aire del mundo en la que se ha disparado el consumo de purificadores de aire y mascarillas.

Guerra a la contaminación
En los últimos años, el Gobierno ha declarado “la guerra” a la contaminación con medidas que han tenido efecto en la capital, según un reciente informe de Greenpeace, que resaltaba la “moderada mejora” en esta ciudad si bien alertaba de que el panorama nacional sigue siendo “sombrío”.
Según datos oficiales, la concentración de partículas contaminantes en el aire de Pekín descendió un 6,2 % en 2015 con respecto al año anterior, pero fue el doble de los estándares de seguridad sanitaria establecidos en el país.
La ciudad, que de cara a la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 se ha fijado el objetivo de reducir un 40 % su contaminación a finales de esta década, intenta combatir el problema con la limitación del tráfico y el cierre de industrias contaminantes en los días de mayor contaminación.
A finales de 2015 la ciudad declaró por primera vez dos alertas rojas por polución, que elevaron al máximo las medidas de prevención.


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