Gadgets ecológicos, para ejecutivos con alma ambiental



Ellos se le midieron al reto del consumo justo, pero con la utópica idea de que, además, fuera competitivo. Todo parece indicar que lo están logrando.

Estos empresarios dejaron sus cómodas oficinas en diferentes sectores de la economía ibérica para lanzarse a la aventura de vender artículos bio y eco, es decir responsables con el planeta y con el desarrollo social. Todo lo anterior con rentabilidad y sin necesidad de ser una Ong.

"Queríamos hacer algo que tuviera sentido para nosotros, no simplemente crear otra empresa más. Por eso hace seis años decidimos montar una tienda de consumo responsable con sostenibilidad", cuenta Carlos Reines, uno de los cuatro socios de Olokuti.

El nombre de la tienda tiene tanto significado como lo tienen sus productos. Olokuti traduce "Globo" en lengua massai, propia de regiones como Kenia y Tanzania, que se conocen por los vistosos colores rojos de la vestimenta de su gente, por sus bailes saltarines y por las dilataciones de sus orejas.

"El significado del globo pretende abarcar de forma amplia, a la vez que sencilla, el mundo en que vivimos, nuestro pequeño globo que vuela lleno de experiencias y que abarca todo un mundo de visiones y culturas", dice la filosofía del lugar. También vende la idea de que "si no se cuida puede desinflarse o reventarse".

Productos que garantizan sanidad y calidad, que no han sido elaborados por menores de edad explotados sino hechos por comunidades que viven de manera digna gracias a la fabricación de estos y que además son amables con el planeta, son las características esenciales de todo lo que reposa en las estanterías de esta tienda.

Café de Loja del sur de Ecuador y café liofilizado cultivado por arhuacos en la Sierra Nevada de Santa Marta, junto a té verde de jengibre y lima, sembrado y procesado por una cooperativa de campesinos de Sri Lanka, al oeste de África; o al arroz Jazmín de Laos, cultivado en la frontera entre Vietnam y Tailandia, hacen parte del inventario de este lugar que vende productos elaborados de manera responsable en todas las latitudes del planeta.

Para los amantes de la tecnología también hay ecogadgets como cargadores solares o fundas para el celular que evitan las radiaciones. Entre estas estanterías se encuentran recipientes hechos en base a tapones de pet reciclado, ropa tejida a mano por comunidades autosuficientes, bisutería hecha de materiales reciclados y títulos como El arte de la guerra, de Sun Tzu; o Alimento para el alma, de Mahatma Gandhi.

Artículos con sentido
Los clientes de este sitio no se preocupan por las cifras que ven en las etiquetas, para ellos lo importante es que al realizar una compra tienen la certeza de que no sólo se llevan un producto de calidad, sino que también aportan al desarrollo social y ambiental del planeta. Buscan artículos únicos y con sentido.

"Me gusta todo lo que encuentro acá, vengo siempre que tengo que hacer algún regalo porque siento que no sólo doy cosas lindas, artesanales, sino que en sí mismas tienen un sentido de solidaridad y respeto por otros, así el regalo tiene sentido en sí mismo, no es sólo un objeto más", dice Cori Pozuelo, una de las que se dejó tentar de este nuevo concepto.

Con esta estudiante coincide la administradora Encarna Laynez, quien además de encontrar productos que comparten su filosofía de respeto por el planeta, asegura que "siempre hay cosas que son diferentes y únicas que no encuentras en otra vitrina", dice.

"Hemos conseguido hacer algo en lo que creemos, con la gente que nos gusta. Además, el punto de sustentación financiera es un elemento diferencial con respecto a la mayoría de iniciativas existentes en el ámbito en el que actuamos. Olokuti, desde el inicio, pretendió ser autosuficiente", comentó otro de los socios.

Este es un reto que demuestra, de ser superado, que otras formas de empresa son posibles, que aportan valor a la sociedad y que la gente lo aprecia valorando sus productos y haciendo que la iniciativa sea viable.

Una tendencia que puede llegar a cualquier país
Los creadores de Olokuti, que hoy cuentan con dos tiendas en Barcelona y que esperan poder abrir pronto más sucursales en otras ciudades de España, aseguran que este espacio es un sueño que casi se convirtió en una realidad. Aunque sus locales se encuentran en esta ciudad, sus productos también se consiguen a través de ww.olokuti.com. Otro ejemplo de los productos ecológicos que allí hay es la Funda Ewall antiradiación: se utiliza para guardar teléfonos celulares y corta el 99% de las radiaciones y microondas para que no lleguen al cuerpo humano. Tiene un precio promedio de 30 Euros.
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