En los últimos seis años se han deforestado en el país cerca de un millón de hectáreas de bosques, casi seis veces la extensión del departamento del Quindío, alertó el presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), Gustavo Galvis Hernández.
“La regulación natural hídrica se altera totalmente por la deforestación, ya que los bosques, páramos, humedales, ciénagas, zonas de manglares y riberas de ríos y quebradas. Es decir, las fábricas del agua, dejan de ser retenedores del recurso para que en épocas secas, como la actual, podamos contar con un flujo adecuado”, argumentó el dirigente gremial.
“Si agregamos que solamente tratamos alrededor del 30 % de las aguas residuales, el panorama se vuelve más complejo, porque la escasa agua está contaminada. Y hay que sumar la débil cultura de ahorro de agua y energía, más un creciente consumo por aumento de población y actividades productivas. Nos encontramos ante ‘la tormenta perfecta’, que torna dramática y trágica la aparición de El Niño.
Si aparece su hermana, La Niña, tampoco habrá regulación y la sequía se convertirá en inundación”, explicó Galvis.
“Debe ser un propósito nacional continuo la lucha contra la deforestación. No arrasemos ni un bosque más; ni un páramo más; ni un humedal más. Recuperar las cuencas para la cosecha del agua es esencial, con una acción efectiva de las autoridades encargadas de controlar la tala ilegal de bosques, las actividades extractivas sin autorización y la urbanización descontrolada”, urgió el presidente de Andesco.
“La ciudadanía tiene que ser más activa y adquiere importancia la cultura por el agua. Desde los centros educativos en la primera etapa hasta los estudios de postgrado se debe impregnar el concepto de la sostenibilidad, entendida como el equilibrio entre lo económico, lo ambiental y lo social”, propuso.
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Gabriel Vallejo, ha dicho recientemente que cerca del 40 % de la madera que se utiliza en Colombia es de origen ilegal.
Hay que restringir el uso de estibas y cajas de madera para embalaje; cambiar las cercas por materiales aprovechables, como el plástico, a precios razonables; estimular la utilización de cercas vivas; incrementar la silvicultura como forma sostenible de producción agropecuaria, entre otras vías de solución, propone Andesco.
“La situación de ingresos y ahorro de las familias campesinas en nuestras zonas rurales es muy precaria. Si se hace un sembrío en cada pequeña propiedad con especies nativas maderables en pequeñas partes de la propiedad, así como cercas vivas y franjas de protección alrededor de riberas de quebradas y ríos que lindan con las propiedades, con el tiempo esos pequeños setos serán árboles, que con una entresaca debidamente realizada, podrá convertirse en ingresos adicionales a la economía familiar campesina. Es una especie de alcancía viva que solo requiere la siembra, el cuidado y la paciencia”, finalizó el dirigente gremial.
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