Se duplica la riqueza hídrica de Colombia

El agua que tiene el país no es solo aquella que corre por ríos y caños ni la que yace bajo la superficie. Tampoco la que está contenida en los 30.000 humedales.
No. Una cantidad igual es esa agua que cae del cielo y queda en la superficie constituyendo una riqueza sin par y una ventaja que el país debe conocer y aprovechar más.
En ríos, lagos y acuíferos la disponibilidad es de unos 1.125.000


millones de metros cúbicos/año, mientras que el agua disponible almacenada en los suelos equivale a 1.221.000 millones de metros cúbicos que soportan 90% de la agricultura.
La primera es la denominada agua azul, la segunda es el agua verde.
Los datos forman parte de un capítulo del Estudio Nacional del Agua 2014, próximo a ser publicado por el Ideam, referido a la aplicación de la huella hídrica nacional (el uso que se hace del recurso disponible) que nunca se había evaluado y que parte de ejercicios ya realizados como la estimación de la huella hídrica del río Porce, entregado hace dos años, primer gran estudio de su clase.
La diferenciación entre los dos tipos es relevante, según Diego Arévalo, director de Good Stuff International, que trabajó en conjunto con el Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia (CTA), la Agencia Suiza para la Cooperación y el Desarrollo e Ideam. Esa distinción ayuda a reconocer la otra mitad del patrimonio hídrico
La huella se evaluó para las 5 áreas hidrográficas, 41 zonas hidrográficas y 316 subzonas (311 continentales), dice Juan Esteban González, quien también participó en el estudio.
Para la huella hídrica azul se analizaron cinco sectores: agrícola, pecuario, doméstico, industrial, generación de energía y minería (extracción petrolera), pero solo la huella verde de los dos primeros.
Para 2012, año de referencia del ENA, se encontró que los cinco sectores usaron cerca de 10.000 millones de m3 que no retornaron a las fuentes de donde fueron extraídas. Al considerar que el agua disponible fue de 1.125.000 millones de m3, se puede afirmar que hay suficiente para abastecer las actividades económicas.
Al analizar las subzonas hidrográficas, cuatro de ellas (Arroyos Directos al Caribe, Canal del Dique Margen Derecho, Directos al Bajo Magdalena entre Calamar y Desembocadura al mar Caribe y Ciénaga Mallorquín) no cuentan con la suficiente oferta para satisfacer el consumo, por lo que se necesita un análisis que ayude a entender qué sucede en ellas.
La huella hídrica verde total, agrícola y pecuaria, se estimó en unos 300.400 millones de m3 por año, casi 80% asociado a la ganadería.
Se evidencia que se dispone de suficiente agua verde, aunque hay 105 subzonas hidrográficas, casi un tercio de las 316 cuencas, que tienen un valor crítico: presentan una competencia entre las áreas destinadas a las actividades agropecuarias y las de protección ambiental, una situación condicionada por potreros de bajo rendimiento asociados a la ganadería extensiva.
La mitad del país no compite por el agua verde. Esta tiene un ingrediente adicional: pone los ecosistemas en la mesa, pues son usuarios del agua, explica Arévalo.
Esta capacidad es una ventaja competitiva. “El 90% del agua agrícola está sustentada en el agua verde”, afirma. Es decir, no requiere riego como sí lo tienen que hacer muchos países. Un ejemplo es el café.
Es un potencial para aprovechar cuando se comercializa en el mercado internacional: un producto que no compite con el agua para uso humano.
El estudio de la huella hídrica estableció además tres indicadores nuevos, útiles para evaluar el estado de las zonas y la competencia entre sectores:
Índice de Presión Hídrica que identifica la relación agropecuaria y ecosistemas, con aquellos 22 en estado muy crítico, por la ampliación de la frontera agropecuaria.
Índice de agua no retornada a la cuenca: permite visualizar dónde hay escasez por la oferta frente a la demanda.
Índice de eficiencia en el uso del agua: mide el trasvase entre cuencas (por acueductos y otros) que fue de 2.228 millones de metros cúbicos.
Y está el agua virtual: la cantidad de agua azul y verde que se utiliza en los cultivos de exportación, constituyendo su huella hídrica: Colombia exporta cerca de 11.182 millones de metros cúbicos de agua cada año, de los cuales apenas 6% es azul, agua de riego, y 94% agua verde, es decir el agua sin conflicto social asociado al no competir con la población ni con algún sector productivo.
Mientras el café es sinónimo de sostenibilidad, cultivos permanentes como palma de aceite, plátano, caña de azúcar, y transitorios de arroz de riego, papa y maíz son los que generan una huella azul más elevada.
Es que los usos del suelo no se compadecen. Colombia tiene 144 millones de hectáreas y solo 5 millones en uso agrícola, 22 millones tienen esa vocación y de 40 millones de hectáreas dedicadas a la ganadería solo 15 tienen esa vocación. Y bajo áreas protegidas están 16 millones de hectáreas, 14% del territorio.
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