Los equipos de rescate nepalíes que trabajaban en Langtang se han trasladado a zonas más seguras debido a los aludes registrados en diferentes partes del valle desde el viernes por la noche, dijo el jefe adjunto del Gobierno regional, Gautam Rimal, al diario local “Himalayan Times”.
“La búsqueda y las evacuaciones son imposibles hasta que el tiempo mejore”, manifestó Rimal, quien alertó además del peligro que corren unas 200 personas que desde el 25 de abril se refugian en el monasterio budista de Kyanjin Gompa.
La edificación acoge desde entonces a decenas de supervivientes del seísmo, cuyos pueblos fueron “arrasados” y que ante la nueva lluvia de aludes “necesitan una evacuación de emergencia”.
El seísmo causó en el distrito de Rasuwa, al que pertenece Langtang, al menos 463 muertos, entre ellos nueve extranjeros.
El Gobierno local calcula que unas 300 personas, un centenar de ellas extranjeras, permanecen sin localizar en la zona, popular entre los senderistas y una de las más devastadas.
Un terremoto de 7,8 grados golpeó duramente Nepal hace 16 días, devastó varios distritos del país y dejó importantes daños en varias zonas de Katmandú y el valle homónimo.
De acuerdo con las últimas cifras oficiales, el terremoto ha dejado al menos 8.019 muertos y 17.866 heridos, un número que muy posiblemente seguirá aumentando.
Este ha sido el terremoto de mayor magnitud en Nepal en 80 años y el peor en la región del Himalaya en una década desde que en 2005 otro seísmo ocasionara más de 84.000 muertos en Cachemira. EFEverde
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