Antioquia debe controlar manejo erróneo del suelo


Mínimo 10 años demorará la recuperación de los bosques perdidos por el incendio que durante 19 días acabó con gran parte del Distrito de Manejo Integrado Forestal de la ensenada de Rionegro, en Necoclí, alertó el docente Julio César Hurtado Alarcón, del Programa de Biología de la Universidad Eafit.
El científico, quien trabaja en el área de ecología y conservación de recursos genéticos, llamó sobre las prácticas erróneas del manejo del suelo en varias regiones de Antioquia, que pueden acarrear graves consecuencias para el ambiente y, lo que es más delicado, en los tiempos de recuperación de la naturaleza.
“Estas quemas para preparar el suelo para el cultivo no se deben permitir, en especial, en zonas vulnerables, debido a los riesgos inherentes para el ecosistema”, anotó.
Opinó que en términos del área y especies afectadas, ha sido uno de los mayores desastres ambientales en Colombia. Se perdió allí la cobertura vegetal en más de 4.000 hectáreas de la zona de protección Distrito Regional de Manejo Integrado (Drmi), Ensenada de Rionegro, afectándose cerca del 14 por ciento de ella.
A esto, agregó, se sumó la destrucción de los manglares a finales de marzo de 2014 en la misma zona de protección, en otro incendio que afectó 1.700 hectáreas de alrededores de la ciénaga de Marimonda.
Recuperación
En cuanto a la recuperación dijo que dependerá del grado de deterioro sufrido por el suelo, la capacidad de rebrote de las especies forestales quemadas y el aporte de los árboles y especies forestales afectadas en términos de semillas viables. Según este profesional un proceso de sucesión vegetal podría tomar no menos de 10 años, si los suelos y sus relaciones ecológicas se han podido recuperar.
Carlos Aristizábal, director (e) del Dapard, Antioquia, manifestó que avanza la investigación para judicializar al responsable de la quema, así como de las consecuencias que tuvo para el ecosistema.


El valor de la extinción del fuego le costó al municipio, la Gobernación y la Nación más de mil millones de pesos.
El incendio que se inició el 1 de abril, arrasó más de 4.000 hectáreas de bosques y humedales.

Se afectaron 328 familias de fauna silvestre, entre las que figuran 16 especies de anfibios, 54 de reptiles, 54 de mamíferos y 250 de aves, tanto locales como migratorias.
En flora se perdieron numerosos árboles de roble, cedros, caracolí, cativo, suan, ceibas, helechos, palmas, platanillos, guarumos, árbol del pan, saleros, mangle y sande.
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