La crítica situación del barco de carga ‘Memory’, encallado desde el miércoles primero de abril frente al costado suroriental de San Andrés, empeora día tras día sin que se vislumbre una posibilidad firme de retirarlo del horizonte marítimo insular. Ya suman tres los buques en la misma condición y varios más de menor escala.
El barco, de bandera panameña, realizaba tránsito entre los puertos de Limón (Costa Rica) y San Andrés, con 1.700 toneladas de materiales para construcción (gravilla y arena) y contiene en sus tanques de almacenamiento 1100 galones de combustibles.Cerca de la Isla, efectuó una maniobra errada y quedó encallado hacia las 07:00 de la mañana.
Tras algunas acciones aisladas, los componentes del Comité Departamental de Gestión de Riesgos y Desastres de San Andrés (CGRD) y la Capitanía de Puerto adelantaron una visita al ‘Memory’, el 9 de abril pasado logrando establecer las condiciones reales de la embarcación y lo declararon en emergencia.
La información oficial fue entregada por el capitán de Puerto, Darío Zanabria, tras un consejo de seguridad que determinó acciones urgentes para retirar los 1.100 galones de ACPM y otros aceites. También se desplegaron labores coordinadas con el armador y el agente del 'Memory' para retirar la carga a bordo.
El alto oficial, que criticó severamente a los responsables de la embarcación por no actuar con la diligencia y celeridad requerida, admitió que el barco está “fracturado en cuatro partes”, además de estar visiblemente escoriado.
Responsabilidades y acciones
Por su parte, la gobernadora Aury Guerrero Bowie ratificó que “la responsabilidad del barco es del capitán, del propietario y del armador”, agregando que este tema está en un proceso de investigación por parte de las autoridades.
Además aclaró que “como instituciones hemos venido trabajando con los medios disponibles para poder minimizar el impacto que pueda ocasionar y es así como se han podido bajar parte de los líquidos contaminantes”.
Al respecto, también Sanabria señaló que se han tomado las acciones pertinentes al siniestro marítimo, dentro de lo que le compete a la autoridad marítima.
“Se verificó porque se encalló, se hicieron exigencias a la agencia marítima para que el armador que retire la embarcación y la carga que lleva adentro, lo cual no ha sido cumplido, por lo que se tomó la decisión de prevenir un daño mayor al medio ambiente marino”.
También explicó que “Retirar la embarcación es un trabajo supremamente costoso para el que ninguna entidad en San Andrés posee la capacidad financiera ni los recursos disponibles”.
Un peligro ambiental latente
De otra parte, el director de la Corporación Ambiental Coralina, Durcey Stephens, dijo que las acciones buscan mitigar la afectación de ecosistemas importantes como los arrecifes y pastos marinos, así como la Bahía Hooker y las turísticas playas de Sound Bay que podían verse involucradas con daños ambientales de gran magnitud.
“Luego de retirarse el combustible nos preocupa también el material de gravilla y arena a bordo que podría impactar los ecosistemas de la zona, así como la dificultad de conseguirlos en el mercado local”, apuntó el funcionario.
Al respecto, las autoridades informaron que la operación de retiro del material y residuos oleosos avanza lentamente con apoyo de personal local y de la Dirección General Marítima (Dimar), de donde se descargaron unos 3.000 galones de residuos y gran cantidad de residuos. Pero reconocieron que todavía falta mucho.
Con este panorama, el célebre horizonte del mar de los siete colores ya cuenta con un nuevo y no tan deseable habitante que al decir de los viejos y experimentados marinos, “llegó para quedarse”. Este inquilino omitió una elemental regla de sentido común: contar con los servicios del Piloto Práctico local para ingresar a puerto.
Según los curtidos ‘lobos de mar’, dicho error es injustificable y por lo tanto, imperdonable.
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