Consecuencias Ambientales de la Tecnología

Las consecuencias ambientales del consumo innecesario de gadgets
El estaño es uno de los componentes básicos para la fabricación de gadgets electrónicos, e Indonesia es uno de los países en donde más se extrae este metal; más concretamente, de la isla de Bangka. Hasta aquí, no tendríamos ninguna noticia relevante, si no fuese por el impacto destructor que la extracción de este metal le está causando a la isla.
Matilde Ganotti y Matteo Fagotto estuvieron en la isla e hicieron un reportaje que resulta desgarrador: la minería ilegal ha destruido entre el 30% y el 60% del arrecife de coral, ha diezmado la pesca local, y causa la muerte diaria de al menos un minero, entre otras consecuencias.
Lo peor del caso es que la situación continuará. La extracción de estaño representa una fuente importante de ingresos para la población. En la minería, una persona puede obtener 15$ diarios (mucho más que un trabajador local), y la gente está dispuesta a continuar con ella, ya sea de manera legal o ilegal.
Según un reportaje del South China Morning Post, los habitantes están dispuestos a todo por la minería; incluso derriban sus casas para comenzar a extraer el estaño que hay debajo de éstas. Los pobladores creen que la naturaleza, de alguna manera, se recuperará sola del daño que se le está causando.
La extracción de estaño tiene una larga historia en Indonesia, cuando ésta era colonia holandesa; sin embargo, desde hace 10 años cuando el “boom” de los gadgets electrónicos surgió, la demanda por el estaño ha sido exponencial.
Debido a la presión de los grupos ambientalistas, los grandes fabricantes se han manifestado, pero como siempre en estos casos la respuesta no deja de ser del todo clara. Se aboga por la regulación de la extracción de estaño; pese a ello, aunque la minería fuese 100% legal, no garantiza totalmente la seguridad de los mineros.
Parte de la solución radica en el reciclaje de los gadgets que quedan obsoletos; no obstante, la causa fundamental es nuestra avaricia por renovar constantemente nuestros gadgets. Si somos conscientes del bombardeo incesante de las grandes operadoras, con anuncios de “renovación anual de teléfono”, o de las “novedades” por parte de los grandes fabricantes de gadgets, y reflexionamos un poco acerca del daño que este consumo innecesario está acarreando, tal vez de esta manera podamos mitigar el desastre que no sólo se está causando en la isla de Bangka, sino también en las “regiones destino” de la basura electrónica.
Como en el 95% de casos, la solución parte de nosotros mismos.
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