Funcionarios nepalíes luchaban este lunes por obtener ayuda para las personas que quedaron sin hogar ni alimentos por eldevastador terremoto ocurrido hace tres días, mientras miles trataban de huir de la capital, Katmandú, hacia las llanuras que la rodean aterrados por las réplicas.
La cifra de muertos del terremoto de magnitud 7,9 del sábado alcanzó los 4.310, según el último reporte oficial anunciado por un portavoz del Ministerio de Interior. La catástrofe deja también7.953 heridos, precisó Laxmi Prasad Dhakal. En los países vecinos de Nepal han perecido cerca de 100 personas.
Autoridades temen que la cifra de muertos en Nepal pueda llegar a 5.000, en el peor desastre de este tipo en Nepal desde 1934, cuando 8.500 personas perdieron la vida.
El aeropuerto Internacional de Tribhuvan de Katmandú operaba con restricciones porque muchos empleados no acudieron a trabajar, había gente intentando salir del país y una serie de réplicas forzaron su cierre varias veces desde el sismo. (Lea aquí:Colombiano en Nepal vivió el terremoto mientras meditaba)
El ministro del Interior, Bam Dev Gautam, estaba supervisando la entrega de ayuda y asistiendo a los pasajeros que querían abandonar el país. Funcionarios dijeron que necesitaban más suministros de comida, medicamentos, servicios especializados de rescate y bolsas para cadáveres.
“Las morgues están quedando completamente llenas”, dijo Shankar Koirala, un funcionario de la oficina del primer ministro que está lidiando con la disposición de los cuerpos. Las familias encendieron piras funerarias para los muertos en pueblos de todo el país.
Muchos residentes de Katmandú, una ciudad de un millón de habitantes, han dormido a la intemperie desde el terremoto, ya sea porque sus casas fueron destruidas o porque temen que las réplicas derrumben lo que queda en pie.
Este lunes, miles intentaban dejar la ciudad. Las rutas que salen de Katmandú estaban colapsadas de personas, algunas con bebés a cuestas, tratando de subir a autobuses o lograr un aventón en autos y camiones hacia las llanuras. En el aeropuerto se habían formado largas filas. “Estamos escapando”, dijo Krishna Muktari, que administra una pequeña tienda de abarrotes en la ciudad de Katmandú. Mientras tanto, la extensión del desastre de Nepal recién comenzaba a conocerse al llegar reportes de devastación desde otras partes del país.
En los Himalayas, cientos de montañistas permanecían atrapados en el campamento base, donde una enorme avalancha desatada por el terremoto dejó 17 muertos en el peor desastre que asola al monte Everest.
Equipos de rescate, ayudados por un clima despejado, usaban helicópteros para buscar a decenas de personas varadas a gran altura, de a dos por vez.
En Sindhupalchowk, a unas tres horas en automóvil al noreste desde Katmandú, la cifra de muertos había trepado a 875 y se esperaba que aumentara. En Dhading, cerca del epicentro del terremoto al oeste de la capital, 241 personas murieron. “No hay nadie ayudando a la gente en los pueblos. La gente está muriendo donde está”, dijo A. B. Gurung, un soldado nepalí que esperaba en el distrito de Dhading por un helicóptero indio que había llegado a Darkha, su pueblo.
Los enfermos y heridos yacían a la intemperie en la capital, sin posibilidad de encontrar camas en hospitales de la ciudad devastada. En las afueras del Colegio Médico de Katmandú, cirujanos establecieron un centro en una tienda de campaña. En Katmandú y otras zonas, las familias exhaustas tendieron colchones en las calles y levantaron tiendas de campaña para protegerse de la lluvia. La gente hacía filas para conseguir agua entregada por camiones, mientras que las pocas tiendas que permanecían abiertas ya no tenían nada que vender.
Agencias humanitarias dijeron que se estaba entregando raciones de comida, agua y frazadas a la población afectada en la capital y otras ciudades. Algunos suministros comenzaron a llegar con cuentagotas a la capital, dijo un testigo. Algunos baños químicos se habían instalado y varias agencias locales proveían alimentos.
El Fondo para la Infancia de la ONU dijo que casi un millón de niños en Nepal se vieron afectados por el terremoto, y advirtió de enfermedades infecciosas y transmitidas por el agua.
Este mismo organismo aseguró que hasta el momento hay ocho millones de personas se han visto afectadas por el devastador sismo.
Facebook busca recoger donaciones
La red social Facebook ofrece desde este lunes un botón de donación para contribuciones a las víctimas del trágico sismo en Nepal y ofreció reunir 2 millones de dólares.
La empresa de Mark Zuckerberg dijo que los usuarios podrán ver un mensaje al tope de su segmento de “noticias” con una opción de donación para el International Medical Corps, grupo que ha estado administrando la labor de las unidades de ayuda en la región.
Además, Facebook informó que activó su ‘Safety Check’ (Control Seguro), un sistema que permite a la gente en la zona de desastre notificar a amigos y familiares si están a salvo.
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